Nunca hubo tanto amor y dolor.
En aquel instante en que una maldita aguja de nosotros lo alejó para siempre.
Ciego y enfermo se nos quedó.
Solo nos veía y sentía en el corazón.
Y en un sentimiento de cariño y fervor cuando entre las piernas se acariciaba
y descansaba de tantos golpes que al caminar se daba en la frente aceptando el dolor…
Ni un guau de adiós y desespero cuando le pusieron aquel veneno que lo durmió eternamente.
Con mil lágrimas
y un profundo vacío en el corazón
se marchó de una casa que ya nunca fue igual porque sin él ya todo fue diferente.
Te seguimos queriendo, aunque hace tiempo que estás ausente.
Aprendimos a ser mejores a tu lado
que al lado toda la vida de mucha gente.
Chaky, era su nombre.
Chaky… nuestro amado perro
qué en nosotros sigue viviendo en estado presente.
Poema propio.
Fuente de la imagen… Propia