No deseo que seas en mí verdad amarga,
ni licor agrio que pasó por mi garganta,
aunque para ti ya sea
vino que no emborracha
y uva que se convirtió en pasa.
Sigo regando mi corazón
por si soy vendimia en otras manos
que me abracen cuando rompe el alba.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA