que de aquel ancho de puerta
la vida en su amanecer nacía.
Los portales de aquella plaza cuadrangular hablaban de los contrastes que en ellos de alegría y lamentos sus paredes
llenas de historia lucían.
Aroma de carne y pescado,
vino blanco y rosado
cuando es el mercado presente
en la rutina de una ciudad que ruge como lobo salvaje cuando se pasean los pies por sus rendijas.
Sangre de toro cuándo en la lidia el torero con su espada sin piedad por uno dicen que trofeo atravesaba en otros tiempos en corridas sus vidas.
Carceleros y regidores también la vieron cuando inquisidores castigaban a sospechosos pecadores de una orden que no permitía ningún desleal trasiego
en su teóloga doctrina.
Plaza de la Corredera,
testigo de una Córdoba de contrastes que como Venecia
no es comparable a nada ni nadie pura esencia de culturas y vida.
Poema propio.
Fuente de la imagen :
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