La podía haber conocido antes
Pero antes nunca llegué a verla.
No es que la conozca demasiado,
ni de lejos ni de cerca.
Solo han sido momentos
de dos días que se fueron,
y posiblemente ya dejaré de verla.
Veinte años esclava de su destino
la tienen como testigo de ser
y confiar en ella,
madre de dos hijas,
y con muchas ganas de ser abuela.
Isabel le llaman, y le dije
que de su gran sonrisa le dejaría
sobre la mesa
unas letras a su persona,
porque si es persona que vale,
para que unos versos
la seduzcan y la quieran.
Isabel, limpia y pura de nobleza,
creo que ya no voy a poder cortejarte
y decirte que tienes tan gran
sonrisa como bella ,
unas letras quiero dejarte,
para que te acuerdes que un día
me viste y hablaste,
y un poema solo para ti dejarte,
encima de la mesa…
Allí donde cada día un poco de tu vida dejas.
Poema propio.
Fuente de la imagen IA