Me dijo que no lo hiciera,
que por mi descanso no le escribiera,
que no perdiera el tiempo en ella
y que solo de mí me preocupara.
Me cuesta decirle «no»
a todo lo que me va pidiendo en la vida.
No la pude satisfacer.
Es mi corazón y su vida,
y cada día quiero en ella atender,
en un poema amarla
aunque sus ojos duerman.
Sé que mañana me dirá: «Ok, buenos días,
¿cómo estás? ¿Cómo te encuentras?
Come, cena y descansa,
y no pierdas momentos en mí ahora,
que ahora tienes que atender otros tiempos
y otro tipo de vida.»
Y yo volveré a decirle: «Lo siento,
no puedo dejar de escribirte cada día,
te amo, y ahora quiero más tu vida
que lo que yo siempre quise a la mía.»
Me dijo que no lo hiciera…
Y no hacerlo no puedo,
porque sin ella no tengo vida.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA