La calle se asomaba al balcón del sosiego,
se perdieron las prisas,
el sol no amanecía,
la noche no dormía
y la muerte en nuestros ojos
más que la vida vivía.
Ahora todo es tormento…
La calle es tan silencio
como sigilo ahora son nuestros días.
Lamentos de rincón y
esquinas entre
pasos que ya no caminan,
susurros de sueños que se desvanecen…
vacíos de ciudad
que enmudecen perdida.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA