
en el océano de un desamor
que no para de manar y que en nosotros naufraga muerto.
¡Cuánto tanto y tanto el tiempo!
no saborea y se estremece mi corazón en un apasionado beso.
Soy esclava de mi fracaso,
de haber depositado en ti
la confianza de todo
mi ser y juventud.
Siendo imposible cualquier atisbo de poder separarme de ti por ser de todo mi presente y pasado
tú su dueño.
Poema propio.
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