CARMEN

Madre de la vida,
esposa como nadie
y tremendamente feliz
cuándo en su oído descansa
la palabra abuela.

Lleva la justicia en el corazón,
el orden en la cabeza,
el tono pausado en su voz
cuando grita con respeto al mundo…
¡Qué necesitas, qué te hace falta!,
de repente ya te dio la solución
ante cualquier tuyo problema.

Hoy quise escribir a ella…

A ese alma que en silencio
por los demás vela,
a ese espíritu lleno de vida
que nunca desespera,
a esa luchadora sin armas
que derrama paz
ante cualquier guerra.

Hoy quise escribir este poema
por y para ella…

Desde lo más profundo
de mi corazón,
valió la pena en esta mundo
el conocerla.

«Gracias Carmen por existir»,
la vida presume de ti…
Porqué que bien
llegaste a entenderla.