Lo vivo como si ayer hubiese pasado.
Aún recuerdo la mirada en sus ojos y de los míos que no querían a los suyos fijamente verlos.
Fui cobarde en su agonía,
no estaba preparado para tan trágico momento.
Mi razón decía sí, mientras lloraba mi corazón en cada uno de sus lamentos.
Entendí lo que era el sudor frío cuando toque su piel.
Vi a la muerte en aquella cuadrada habitación…
¡Que solo me encontré cuando vi que mi amigo verdadero y de siempre de mí entre sollozos se alejaba!
Qué miedo sentí cuando sus ojos inmóviles solo miraban de la habitación, su techo y su respirar ya descansaba.
Siempre pensé que no fui suficiente.
Que el miedo al momento paralizó un adiós que siempre vivirá en mi recuerdo.
Poema propio.
Fuente de la imagen… Propia