Serán tuyas y para ti todas mis letras.
No dejaré que te despierten
palabras ajenas que siempre van y vienen, y que se apegan,
perdiendo la esencia de lo que de verdad por ti sienten, aunque sus formas quizás no sean las que tú deseas.
No soy hombre de rocosa respuesta,
ni tampoco frío de noche placentera.
Solo soy dueño de mis momentos,
que a veces me desesperan.
La valija de la vida nunca deja de dar vueltas;
el equipaje del tiempo que vivía en ella se va por la ventanilla, que siempre viaja abierta.
Cada vez pesa menos
y solo a ti es quien llevo en ella.
No tengo ningún destino,
serás siempre buena compañía
hasta que decidas cambiar de tren,
perderte en otro vagón
o bajarte en el andén y ser fiel equipaje
en el interior de otra maleta.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA