su amplia sonrisa
refleja el alma y a quién la mira,
salientes pómulos
hunden sus mejillas
mientras el pelo viste
felicidad inmarchita.
Rubi piedra preciosa,
zafiro de amor
que por dónde vas iluminas,
¡Rubi
mi anhelada mexicana!
¡Qué suerte a quien divina joya
luzca en su piel
como compaña!
Poema propio.
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