Ella, alegre y jovial,
compite la vida
como el mejor guerrero.
Desahuciada de joven,
y desafiando lo terrenal, sigue respirando para lo malo y lo bueno.
Quizás no la merezco.
Yo, introvertido y complejo de pensamiento,
de felicidad en los días grises,
de paraguas de entierros,
de rincones y soledades,
de buscar amores porque de amar
todavía soy novato, aunque me dejen un lugar para sentar porque hay ojos
que me ven viejo.
Quizás no la merezco.
Hace tiempo que no estamos,
se nos pasó la vida en solo un momento.
Ella sigue con su vivacidad,
y yo, siempre acabo escribiendo versos.
Quizás no la merezco.
Ella, en lo demás, siempre es bondad,
como en mí es desencuentro.
Quizás no la merezco.
Sé que en el fondo nos queremos,
pero ya es reparo en nuestras vidas
mirarnos a los ojos, cogernos de la mano y en los labios dar un beso.
Quizás no la merezco…
Aunque con ella sigo viviendo,
a veces creo estar vivo, pero ya más veces vivimos con un amor que ha muerto.
Quizás nunca la merecí…
Quizás no la merezco.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA