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Las arrugas del tiempo
descansan en aquel esqueleto
que dio tanta vida
y alguna pena escondida
que entre escombros se quedó.

Para ellos nunca había día,
con la luz de su linterna
trabajaban y comían
y entre el nocivo y tóxico polvo
la juventud pronto perdían
en esa cueva profunda
como único sustento
de su hogar que era pasión.

¡Si las piedras hablarán que dirían!
Cuántas noches
y secretos escondidos,
ilusiones perdidas que bajo su falda
nunca vieron sol.

El destino los llevó a otro encuentro,
nómadas del sufrimiento
que con las mismas ilusiones
bajo tierra y en otros lares
quisieron ser esperanza de vida
entre negro carbón.

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Poema propio.
Fuente de la imagen:
https://pin.it/2QVzvH4

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