No perdonará nunca mi corazón
a quien por una prematura muerte
me dejó sin su compañía.
Se fue sin poder decirme adiós,
sin escuchar su último suspiro,
sin poder llorar su despedida.
A Dios pido perdón…
¡Cómo voy a vivir sin su amor
si su vida era la mía!
Solo ruego que a quien se la llevó…
con ella también se lleve la mía.
Poema propio.
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