Cuánto lloro este lamento
que me asola de vez en cuando.
Este dolor que me oprime
cuando me siento tan triste y solo,
sin que nadie pueda sentirme
en su «te quiero».
Al otro lado.
Tengo tantas ganas de decir,
tantas ganas de ser escuchado,
que no me salen las palabras
sino que son lágrimas negras
las que me escribo
porque no quiero ser en nadie
verso de estante entre polvo y olvidado.
Marcharé contento de esta vida
a pesar de haber sido descuidado.
dejaré de herencia la foto de un gran payaso de feria y actor de verdadero teatro
que de solo ilusión vivieron mis días,
porque fue ilusión
quien vivió siempre a mi lado.
Cuánto lloro este lamento
por haber sido en mí
tan cobarde y en los demás tan arriesgado.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA