Todo pareció ser un sueño,
rápido, intenso…
No pasaba día ni momento que la excitación no fuera continuo presente, y el pasado, como pasado a mi lado vivía muerto.
Sabor de algo nuevo,
necesidad de aroma de otro encuentro,
distancia y distintas edades, viviendo sin tocarnos entre intensos e imaginarios momentos.
Embaucado quedé por el tono de tan dulce voz, plácido y lento,
sus expresiones llenas de vida y afecto
donde yacía la calma y el consentimiento.
Los besos sabían a jazmín y romero cuando la mirada fija y cómplice iba más allá de un simple flirteo.
Mágica y real fantasía
que aun en mí sigue viviendo,
ahora es su letargo el que me habla cada día con su eterno silencio.
La quiero porque dice que me quiere,
la vivo porque la siento,
la amo aunque esté ausente
y si tengo que soñar con ella…
con ella sueño.
Poema propio.
Fuente de la imagen… Propia.