A veces tengo furia en mis palabras.
El tono de voz sin querer se eleva,
hasta callar al mismo silencio
cuando a voces nos grita que del pensamiento aleja.
Los impulsos me hacen fuerte y débil.
La ira nace en lo más hondo,
y sin razón, se extiende,
en un eco que retumba,
y que en la mente prende
como la tormenta perfecta.
Mientras el alma busca paz y consuelo,
es la fuerza en la comprensión y el perdón quien en el corazón consuela.
A veces tengo furia en mis palabras
pero solo es amor vestido con dureza.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA