Se va…
sin ruido, con el corazón
y su respirar encogido.
Después de una larga vida sin lujos,
con la humildad
siempre como vestido.
Le atrapó la última dolencia,
aquella que solo tiene un final,
sin que pueda ya más luchar por volver a escapar de una cárcel donde para siempre
en una cama será presa.
Noventa y cinco años de edad…
vivió su propia guerra
y la de los demás,
siempre victoriosa,
sin ofensa ni castigo a nadie
aunque mereciera.
Se va…
Se apaga con la ilusión
de querer vivir más.
Se va mi querida mamá…
con su amor en el cielo se juntará
y un sitio seguro me guardará para de nuevo junto a ellos estar
cuando también
me alejen de esta tierra.
Poema propio.
Fuente de la imagen… Propia