
La veo casi cada mañana,
recatada en sus movimientos… Casi silenciosa y fijando siempre a la cara su mirada donde de verdad
siempre hay que mirar,
pregunta,
porque tiene que preguntar,
escucha,
porque tiene que escuchar…
atiende,
porque en su servir
tiene que a la vida de los demás saciar.
No es servilismo el suyo
es ser servil en sus día a día
que pasan sin parar.
Su queja es tan dulce,
tan lejos de ser extrema
que es agradable en los gestos
y sus muecas descansar.
Para muchos es desapercibida
una rutina más…
Para mí, Deniss es comenzar
bien el día,
degustar el café
que pone en mis manos
y esa pregunta que te llega al alma, y sin falsedad aunque solo somos momento en la vida.
¡Alejandro como estás!
Solo por eso vale la pena
levantarse en el día
cruzar la puerta de esa cafetería
y saborear ese americano
y responderle,
yo bien Deniss
¿y tú?
Feliz Navidad.
Poema propio.
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