Anímate a ser libre y no esperar a que el adicto café en tu vida se enfríe.
Acostúmbrate al arcoíris en cada amanecer, aunque la vejez en la mesa donde comes y vives ya tiene cubierto y silla fija como compañera fiel.
Aunque seas un maestro de soledades
y el olvido ya se empieza a olvidarse,
aunque las arrugadas manos no puedan quietas quedarse.
Aprende de la vida lo que pensabas que habías aprendido.
Vive de nuevo lo que pensabas que habías vivido y ten en el pensamiento a quien te reconforta y a tu lado cerca a quien de verdad quiere estar los momentos contigo.
Anímate a ser libre y alguna vez rompe con la regla, aunque para los demás esté prohibido.
Vive una vida de letras sin rimas forzadas.
Sin matemáticas correctas.
Ponle los sentimientos en cualquier rincón de una libreta, aunque te digan que son palabrerías de un mal poeta.
Vuelve a vivir, aunque estés más del final que del principio cerca.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA