eterno sueño que no se olvida.
El lamento y la amargura de un adiós,
de una despedida que como hielo roto cae como puñal en el corazón
de un amante sin rutina.
¡Cuánta desdicha,
cuánto sufrimiento
por un amor tan entregado!,
a quién por otro
abandonado me dejó sin saber
si para ella fui…
Lujuria, bendición o pecado.
Historia de un amor,
de un tesoro que me fue robado,
nunca supe su razón,
y solo el tiempo su herida….
mi llanto está curando.
Poema propio.
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