Cada anochecer añoro
el silencio de tu voz,
cada madrugada la cama se hace gigante
entre mis sabanas frías
demasiado blancas
demasiado limpias
si con quién arrugarse.
En tu ausencia
te sigo amando
aunque ya en vez de princesa
en mí seas desencanto.
Te fuiste sin palabra
quizás para siempre o nunca.
Quizás es otro encuentro
quién te está esperando.
.
Poema propio.
Fuente de la imagen. IA