
No hay más pena que el desencuentro
de quién más quiero.
No puede llorar mi alma
porque se agotaron las lágrimas
por tanto desespero.
Ya no puedo entrar en su corazón
y en su pensamiento,
que más que al mío respeto.
No sé si de niño lo eduqué
como debí hacerlo.
No supe más…
No pude ir a ningún colegio
y de buen padre ningún título me dieron.
Ahora que ya es hombre
y yo un poquito viejo,
pienso que le quedó el resquemor
de la duda que siempre tiene como
si no lo quisiera
como a su hermano igual quiero.
Sangres de mi sangre…
Qué prueba tendría que hacer
para que pudiera sentir
El amor que por él yo siento.
Me voy a ir de esta vida con el corazón roto,
con el llanto de no ser querido
por quien yo la vida daría
como siempre a escondidas
poco a poco siempre hice y hecho.
Poema propio.
Fuente de la imagen… Propia