Nos sentimos las manos danzando
al ritmo de una sociable canción.
En la mirada
un extremo escalofrío en aquel pasillo de teatro en nuestros ojos quedó.
Noche de larga y expectante espera.
Me quiso en la playa al amanecer
o abrazados sin importar lugar
antes de su inminente adiós.
El destino alejó el encuentro,
nunca más nos vimos
pero aún siento el roce de sus dedos
de aquel maravilloso momento
dentro de mi corazón.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA