Cuánto te echo de menos…
calles de adoquines
donde el Guadalquivir susurra
bajo el puente su historia viva y sabia,
pasada y presente.
Noches de luna, reflejos y destellos de tantas y tantas culturas
que te hacen tan sabia y bella y de las demás tan diferente.
Calles estrechas, patios floridos que parecen jardines entre arcos de porche
donde habita el silencio de las sombras
y el aroma del jazmín en cada rincón de sus rincones,
suspirando los borbones de una guitarra,
atrapando a corazones de quien la visita y conoce.
Córdoba de seseos,
de plazas y mercados,
de fríos inviernos y calurosos veranos,
de eternos meses de mayo donde el blanco de sus casas contrasta con el
esplendor de un cielo estrellado
que no puede respirarse en ninguna otra parte.
Poema propio.
Fuente de LA IMAGEN… IA