No pudo seguir mi vida
de los demás
como un pedigueño viviendo.
Me alejé de los días del campo,
su limosna,
y de todos sus secretos…
de sus ve, corre y dile,
de si te has enterado de esto o aquello.
Me alejé con mi compañera,
con mi hijo de dos años de pequeño.
La gran ciudad nos esperaba,
una vida terminaba y otra aventura comenzaba en silencio.
No pude cargar con la valija,
la cuna en el coche era lo primero…
Allí dejé parte de mi vida,
si alguien abre algún día
y me llama le diría …
¡Con cuánta pena la dejé sola y con mi llanto en el suelo!
Suelo que tanto trabajamos
como siempre para otros,
y es por esos otros
qué dentro de esas maletas
solo quedaron recuerdos.
Poema propio.
Fuente de la imagen.
Autora… Felisa Rodriguez