
Alejamos de nosotros el pánico
de las calles desiertas,
dejaron de escucharse en ellas
el ruido de tantos y tantos silencios entre sirenas de muerte y dolor.
Volvió el tiempo
a perderse en su tiempo,
abrimos de nuevo en nuestros ojos la ventana de los deseos
dejando ser celdas de cautiverio donde de nuevo en la mirada
descansaba el sol.
Volvimos a sentirnos libres,
a sentir
a un nuevo mundo de pasión.
A la flor cuando florece
y no marchita,
a un te quiero y no al desamor,
al alma cuando en una cara
inocente brilla,
a la belleza de la vida
cuando su muerte no es razón.
Siente ahora mi corazón
a la lluvia divina
cuando en el cielo deja su arcoíris al asomar su resplandor.
Así quedó este poema,
poema que en mi alma brilló…
De colores a la vida ahora le llamo
porque de colores…
Vuelve a ser su corazón.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
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