El alboroto de la ciudad
pasa inadvertido
las prisas se hacen dueñas de los momentos y la vida sin vivir pasa
haciéndonos en un instante viejo.
La soledad se acostumbra a vagar
por los pensamientos,
los recuerdos se vuelven intensos
y las ocasiones perdidas en rabia.
«Ay, si lo hubiera sabido»,
y al toro cogido por los cuernos.
El mañana lo haré presente,
voy a sentir el día
sin importar con quien me encuentro,
miraré los ojos a la vida
y a cada segundo daré las gracias
por advertir la magia de estar despierto.
Vida de terciopelo
qué suave son tus heridas
cuando en un poema descansan tus versos.
Poema propio.
Fuente de la imagen IA