Tuve que marchar sin poder pausar el tiempo…
Júlia, mi ansiada nieta, esperaba en estos días su nacimiento.
La abuela, mi mujer que ya vive desesperada por serlo,
la madre acomodada y el padre… Pues eso
a sufrirlo como puede por dentro.
Zamora era el destino,
Un campeonato de España volvía a vivir después de tanto y tanto tiempo,
a sentirme jugador de nuevo
Y por eso quise ser precavido y
lo más profesional que podía serlo.
Decidí que no era importante conseguir ningún trofeo ni premio,
Priorizaba que todo era una nueva etapa
Y un querer de estrategia nuevo.
«No sé cómo cuatro palas me llevé al lugar».
Nunca lo había hecho,
Probaba una goma de picos nuevos de colores y un cambio de horizonte en mi áspero juego.
Me,planté en el lugar,
lo primero…
Una pala por espesor, el colectivo arbitral casi me la prohibieron.
Tuve que hacer algunos cambios y ya eran solo tres las que me quedaban en el tintero.
En otro de ellos para mejorar, al despegar la goma a un compañero, la mitad de ella se les quedó entre los dedos.
Bueno… No era grave
quedaban dos más para seguir compitiendo.
Avanzaba el torneo
Y no se por qué razón
una de las gomas se encogió,
¡Joder pensé yo!
¡Cuando miren la pala no me dejarán jugar porque la madera no era cubierta por ella en todos sus extremos!
¡Ay dios!,
Media hora para la afrenta
Y tenía que volver a despegar
De la tercera una goma para que con la cuarta me dejarán jugar y no pasar por ningún infierno.
Vio mi inquietud…
Me dijo.-
Qué necesitas Alejandro que tan nervioso estás y te veo.
Le explico y al instante…
no te preocupes que esto yo lo arreglo.
Al momento vino con todo lo que hay que tener.
Un bote de cola con su esponja para el último cambio que ya podía hacer,
No me atreví a quitarlas.
delegué en él…
Él se encargó de reparar y sin llegarse nada a romper
Consiguió pegar lo que parecía ser la última oportunidad .
El culo puse de peso en ella y
A ver si todo quedaba donde tenía que ser poder jugar bien…
Juan Ortega, el amigo que me hizo la calma cuando pude jugar otra vez.
De las cuatro ya solo me queda una…
Y con ella creo que alguna medalla tendré.
Sigo en la competición gracias a él,
Dándome el equilibro en la cabeza y en la mesa, el material que me está llevando a ese podium que todos queremos tener.
Gracias Juan ortega
mi conciencia me dice
que Alguna cosa siempre te deberé
GRACIAS POR SER…
JUAN ORTEGA.
Relato propio.
Fuente de la imagen:
cedida… RFETM