
en tu último aliento,
me dijiste: estoy sudando,
pero ¡tócame el frío
que siento por dentro!
La muerte te acompañaba
y en mis ojos no quise verlo.
Aún siento aquel dolor
de no haber estado y decirte…
lo cuánto que te quise y quiero.
Poema propio.
Fuente de la imagen :
https://juanjohombrebueno.wordpress.com/2008/10/23/la-agonia-del-ferroviario/amp/