el primer amor donde perdí
la inocencia
entre arbustos y una noche mágica de blancas estrellas quedaron en el brillo de los ojos y en el recuerdo un arcoíris que nunca jamás se olvidó.
Juntos descubrimos lo incierto,
la primera desnudez,
el primer placer de juventud con su amargo y dulce dolor.
Nos sentimos aprendices de vida y maestros de nada
porque nadie nada nos enseñó.
¡Qué recuerdo entre aquellas
hojas de dura y blanca lata,
la música sonaba casi insonora y a través de esas ventanillas abiertas esparcian al viento junto a nuestro fuego los gemidos como estribillo de nuestra mejor
y única de vida canción!
Cuánto añoro
a ese mi primer coche…
y lo que entre sus pequeños asientos por primera vez también ocurrió.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
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