Pido perdón a la vida
por no tratarla como tan feliz ella
me trató a mí.
Por no amarla como ella siempre
me amó sin fin.
Por no haberla querido cuando
más la necesitaba,
y por abandonarla,
aunque siempre quiso vivir junto a mí.
Cómo me gustaría mirarla de frente,
poder entenderla,
y que, de frente, me abrazara para siempre,
y en su compañía vivir hasta morir.
Hoy pido perdón a la vida,
porque hasta hoy no la conocí.
Siempre estuvo a mi lado,
pero mi lado también siempre quiso estar lejos de mí.
Hoy pido perdón a la vida,
porque a veces no la merecí.