Hoy me escribo a mí, en silencio,
lágrimas que deslizan
y ahogan mis sentimientos.
Cada palabra, cada verso,
desgarra mi corazón,
mientras el papel,
mojado de dolor,
es testigo de mi tristeza y lamento.
En mi viejo rincón de madera,
espera el café, sorbo a sorbo,
un abandono.
No hay nadie quien me mire al otro lado,
fui solo peón sin reina,
telón de obra de teatro.
Hoy escribi sólo para mí,
y la soledad,
de nuevo, me llamó a sus brazos.
Siempre creo que alguien conocí…
Fantasía de un viejo loco sin amor
y de todo enamorado.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA