nos llevan a vivir
un presente que no existe,
con la mente atrapada en el día siguiente,
olvidándonos de sentir
este tiempo que se nos escapa,
cuando solo vivimos para un mañana que nunca llega,
y un ayer que siempre pasa.
Maniquís… que a la vida solo espantan.
Sin poder caminar por ninguna mirada,
siempre dando quizás,
el lado o la espalda,
vestidos en ropa sin probar,
sin colores que ajustar,
sin amor en un corazón
que para vivir no hace falta.
¡Qué pena de lo qué en verdad somos!
Maniquís de porcelana.

Poema propio.
Fuente de la imagen.
Cedida al grupo de lectura del Carpio(Córdoba `)
por: Agustín Viúdez