Duermen las madrugadas
enredadas en los recuerdos
de un tiempo que solo
vive en el pasado.
Siempre fui lobo hambriento
y no todo el alimento que ingerí
me hizo crecer con la libertad
que siempre había soñado.
Ahora de vuelta a la niñez
y sin ya nada que aprender
soy del todo solo a un lado.
Maldita vida que perdí
en los encuentros de otras manos
que cuando al vacío me caí
sus dedos nunca me abrazaron.

Poema propio.
Fuente de la imagen. IA