Amo las tardes largas
y sus distintos tonos de grises,
el chapoteo de la lluvia cuando en el paraguas de la vida por un momento se detiene.
La calle queda inocente, todo parece inmóvil menos el pensamiento que no sabe lo que quiere.
Por las ventanas se asoman los miedos y las ilusiones de un sol naciente.
El arcoíris se adueña del desasosiego y la calma se vuelve tensa a la espera
de un nuevo día donde los sueños nunca se detienen.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA