Ya no avanza a cuatro patas,
ya camina siempre derecha,
espitosa y ligera.
En el camino no perdió la sonrisa,
sigue siendo su cara lo más bonito
que nadie hiciera.
Con la mirada te habla, te quiere, te abraza,
y a lo lejos, con la mano desde su boca,
cuando le pides un beso… con felicidad te besa.
Es el amor de mi vida.
No hay día que no me acuerde de ella.
Qué bonito regalo de Reyes para toda la vida tuve,
sin haber dejado en el balcón zapatos fuera.
No sé si la merezco,
si es que otro alguien le hubiera gustado a ella.
Solo sé que mi vida ya no sería vida…
Solo Júlia ocupa mi pensamiento, alma
y en mi corazón, riqueza.
Con la mirada te habla, te quiere, te abraza,
y a lo lejos, con la mano desde su boca,
cuando le pides un beso… con felicidad te besa.
Es por quien amanecen mis días
y mi desvelo cuando está enferma.
Júlia, qué feliz encuentro
y qué bendición ser para ti abuelo, o avi,
hasta que la vida quiera.
