Amaneció de nuevo otro día,
otra vez delante del espejo,
ya pasaron cientos de pensamientos, aquellos que no pueden controlarse,
aquellos que solo hacen ruido en la mente, que se van y vuelven sin que se pierdan en el tiempo.
Otro día que me dije, «hoy si»,
hoy será el primer día donde empiece a cumplir mi sueño.
Todo parecía ir bien,
tomé el desayuno café solo sin azúcar y sin excesos,
con la mochila a cuestas fui a mi paseo de rigor, hora y media sin descanso,
No iba tan rápido como en el desfile nacional va la cabra de los legionarios,
ni tan lento como un paso de semana santa cuando una saeta desde un balcón le cantan un viernes de semana santa al cristo del santo entierro.
Todo va perfecto,
Pensé yo,
Una ligera comida, una pequeña siesta y por la tarde un poco de gimnasio, ver el atardecer como cae, y listo
el sueño por fin está en el saco.
Así fue como pasó, listo para el triunfo, por fin la batalla había ganado…
«Dios», volví a maldecir,
«Otra vez no», se fue de nuevo la razón de mi lado.
Me preguntó mi esposa de comer,
yo le dije, cualquier cosa con cuidado, pero a todo le dije si,
Todo entraba en el estómago,
huevos, embutido, fruta…
No tenía fin.
Acabé con galletas y Yogur,
Otra vez en el sofá repleto y en la cabeza el sentimiento de fracasado…
Pero no acabó ahí la fiesta,
antes de dormir cayeron los bombones y algún mantecado.
¡Cuánto sentimiento de culpa!
Menos mal que pronto llegará un nuevo día, y un nuevo reto estará en mis manos.
Este peso que me atormenta
más que dieta en la mesa me hace falta en el alma.
Buenas noches…
Y hasta mañana….
Con sumo cuidado.
Relato propio.
Fuente de la imagen…
Propia