
Me puso la miel en los labios,
como a niño se le da un dulce caramelo.
Sabe que lo deseo tanto y tanto,
y es tanto lo que la quiero
que por no perderla, mi amor guarda silencio.
Me dijo de hacer algo por si me atrevía, y ella también se atrevería a hacerlo.
De seguida me tiré al barro,
y cuando vio que haría cualquier cosa, no por mí, sino por el interés de un imaginario premio,
me lo quitó de la boca, y aquel beso que me daría por hacer aquello,
aquel dulce y meloso instante ya solo vive en el país de mis sueños.
Sé que la veré otra vez,
que me mirará a los ojos y me dirá de nuevo: No,
no seas así, haz las cosas solo por y para ti, y no por un momento de deseo.
Cómo no, le diré a todo que sí,
porque es razón, y la razón solo tiene un camino y único precio.
Pero sé que mi pensamiento le dirá que cuando manda el corazón,
la razón deja de ser razón,
y sé que si ella me pidiera, hasta la vida podría perderse
cuando a la persona que amas te lo pide por tener de su boca un beso.
Y es así como vivo los días,
sin vivirlos cuando a mi lado no la tengo.
Nunca seré nada en nadie,
ni nadie tendré a mi lado donde descansen mis deseos.
Pero los sueños, sueños son,
y el mío es abrazarla y en silencio
juntar sus labios con los míos y parar para toda la vida el tiempo.
Me puso la miel en los labios,
y yo, como inocente niño,
solo con esas palabras me consuelo.
Sabe que la deseo tanto y tanto,
y es tanto lo que la quiero,
que por no perderla, mis labios
solo guardan silencio.
Poema propio.
Fuente de la imagen… Propia