
en lo más profundo de mi corazón
quedando guardadas sus letras
entre silencios y secretos.
No se arrepintió jamás mi mano
de desnudar el alma y que cualquier viento leyera sus versos.
Ahora que ya mi lápiz quizás
sin tinta quedó en su tintero,
quise ser de este poema su único
y verdadero dueño.
¡Cuánto quise la poesía libre!,
«De mi vida… Vidas».
Libro que dio vida a todos mis sueños.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
Propia.