al viento lanzaron el trapo
de las vergüenzas
y al grito de libertad
callaban el dolor
de quien aún no encuentran
a la sangre de su sangre
que aún viven por
escondidas cunetas.
Vividores de oscuras madrugadas,
de asaltos en nombre de algún dios a las casas del libre pensamiento,
condenando de traición a quien como ellos no piensan.
Rancias nostalgias…
¡Ojalá nunca a ningún lugar vuelvan!
Poema propio.
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