Condesa sin realeza,
sin sangre azul,
pero sí con sangre roja
de nobleza.
Condesa de alegrías
y tristezas,
sin vida propia que
le importe,
reloj sin horas
por quien suspiras
cuando el sol sale
o arrecia tormenta.
Condesa sin realeza,
sin conde que mano cogiera,
bajo tu piel generosa
solo vive un corazón sensible,
y duro como la más dura roca.
Condesa sin realeza…
Con alma de corona.
Poema propio.
Fuente de la imagen IA