Me parece que fue ayer cuando, en mis brazos, lo cogí por primera vez.

No lo tuvo fácil.
Con tan solo dos años,
a quien veía cada día dejó de ver.
El destino quiso separarlo de su tierra, que lo vio nacer.
Lo vivimos a cada instante,
sufrimos sus alegrías y sus desengaños.
Luchamos por él, como él siempre por nuestro cariño ha luchado.

Nos sentimos tan orgullosos
porque dejamos en esta vida a un hombre sensible y humano,
que no pasa indiferente,
y tan especial para nosotros como para cualquier padre,
que daría la vida para que la suya nunca esté llena de tristeza ni desencanto.

Me parece que fue ayer cuando, en mis brazos, lo vi por primera vez,
con ese pelo negro y rizado que, al verlo,
tan pequeño, me emocionó cuando me lo acercaron.
Hoy, en su cumpleaños, toda la familia lo celebramos.

Es por eso que, con estas letras desde mi corazón, lo felicito.
Ay, mi pequeño de ya 39 años.

Decirle: gracias, hijo mío, por querernos como nosotros te vamos a querer toda la vida,
cumplas los años que cumplas,
porque para nosotros serás siempre Alex, nuestro primer hijo, querido y amado.





Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *