de una resaca,
la ciudad cubierta con la luz del día sigue en silencio, casi dormida,
fueron tantas las emociones vividas, los abrazos y te quiero que la interminable madrugada bajo las sábanas del deseo
en su despertar aún dormita.
Amanacer tardío dispuesto a cambiarnos de vida,
el niño sueña con ser grande,
el grande que no corran los días,
el hijo al papá quiere hacer abuelo,
y la tía eterna ser madre de todos y de todo para toda la vida.
Anhelos de familia.
Día 1 de enero,
donde todo empieza y termina,
donde poco a poco algunos marchitamos,
mientras otros inocentes
brotan sin espinas.
Año nuevo que siempre vuelves a ser.
De la vida… Vidas.
Poema propio.
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