No aprendí a estar al lado de nadie.
¡Cuán sola estaba la soledad
que ni ella me acompañaba
cuando por el pensamiento vagaba
por ningún lugar al que llegara
ni pronto ni tarde!
Ni una sola palabra quedaba escrita
en el estante de mi vida.
La fantasía se adueñaba de los momentos.
Mis sueños solo eran eso,
solo sueños.
Y los días solo tiempo
que no pasa mientras se olvida.
No aprendí a estar solo
y a tenerme como eterna compañía.
Poema propio.
Fuente de la imagen… IA