
Me dediqué a perderme
en los entresijos del pensamiento,
a discernir la verdad
de cada uno de sus momentos.
El deseo de los hijos de llegar allí
donde posean sus anhelos,
el beso apasionado de la mujer
a la que quiero,
la mirada de una madre
cuando a través de su mano temblorosa
dice, «te quiero».
Quiero que la vida vuelva a ser sueño,
a respirar el aroma de la flor
cuando florece en su silencio,
a sentir el oleaje cuando la bruma pierde
su cordaje en el tiempo,
a escuchar el canto del ave
cuando pregona su libertad al viento.
Me dediqué a perderme…
Para encontrarme
en compañía del sosiego.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
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