encontró en su vida
lo que jamás pensó
que para ella existía,
un amor sin medida, un amor de noche y día que la lleva hasta el arcoíris del firmamento cuando apareció aquél hombre
de tan pocos días.
los poros de su piel poco a poco se abríeron sin descanso desde su primer momento.
Alborotados sus dedos posados por los desnudos pies, vistiéndolos de cosquillas y con sonrisa perdida
subían por las entrepiernas sus manos hasta encontrar la sensibilidad donde ellas se cierran y juntan y de ganas se abrían.
la honradez bailaba ya dentro de aquella sombra oscura
gimiendo en silencio y sin timidez
al viento en explosión
carente de amargura.
Ella siempre delante de él que
le abraza con labios de dulzura, sus benditas y firmes dunas
hasta encontrar en ese desierto
El oasis cuando bebe su boca del grosor de sus ternuras.
Todo a punto de estallar
mientras en el cuello marca con solidez y unos labios sin delgadez
el sello de su hombría.
Todavía ella no se explica…
cómo de placer
muere y nace cada día.
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Poema propio.
Fuente de la imagen :
Propia.