Soy incurable herida que pasea por el sendero de la soledad donde mi corazón por siempre camina.
Golondrina que viene y va sin poderse acomodar a esta maldita sociedad
donde solo triunfas si hundes a quien a tu lado está por qué es ley y bien visto que seas más y nunca un igual que a nadie interese tu vida.
Penumbra noche que por el día crece
cuando mis ojos no dejan de mirar
qué cuantos más muchos más solo estás y si más de un chavo en el bolsillo no tienes nadie a tu puerta llamará para decirte ¡buenos días, señor! Que necesita usted para sus menesteres.
Susurran mis silencios al oído de mi sombra que hasta mi lenguaje tampoco siempre comprende.
Solo ecos de desdicha siento en el abandono entre
desaires implacables donde solo triunfa el que derriba sin importar que sea fiel ni cruel con la tristeza de a quien para figurar en el alma con su galardonado traje, pisa y pisa.
Dejó así estos versos por testigo
que nací equivocado en el tiempo
porque soy ya más viejo que mi edad
y a mi lado nadie está conmigo.
Texto propio.
Fuente de la imagen… IA