la razón casi perdida.
¡Ojalá seas feliz en tu mundo!
La tristeza de mi voz
es continuo sollozo
mientras mi silencio no para de llorar tu clara ausencia.
Ahora madre, quisiera yo cantarte una nana para que tu sueño fuese eterno y sin dolor
al cielo vallas
¡Qué pena tan grande siento
de que no sepas ya quien soy!
¡Qué pena que te pierdo
aunque a tu lado estoy!
Poema propio.
Fuente de la imagen :
Propia.