
el sudor frío de su piel,
su mano apretaba
con fuerza la mía
pidiendo a Dios explicaciones,
¡el porqué de su muerte… porqué!
Me despedí entre sollozos,
roto y desolado sentí al momento
el mismo miedo que él,
con duelo en mi corazón…
parte de mi vida
se marchó también.
Poema propio.
Fuente de la imagen:
Propia.